domingo, 15 de noviembre de 2020

Resolución Concurso "Quiero mi cícero" #cicero2020


Bueno, con diez días de retraso, para a ver si participaba alguien más me dispongo a dar a conocer la resolución del Concurso.

Han participado 9 personas, por lo que hay nueve ganadores de los 10 posibles. Todos recibirán en sus hogares el Cícero N.º 2

Como era un concurso para que lo pudiese ganar todo el mundo no tengo que respetar la regla de los 170 caracteres —solo tengo en cuenta a eso para futura publicación del tercer número de 8 microrrelatos, que os comunicaré más adelante, pues ya es un "jurado" quien elige—. En realidad si lees bien las normas con solo poner el hashtag entrabas en el sorteo. Agradezco mucho a las personas que se han tomado en el esfuerzo de escribir algo y participar. 

He hecho el sorteo para ver los que consiguen los 3 libritos de la historia de Imprenta La Gutenberg. 

Este ha sido el resultado: 
@algodehugo
@print.tester
@plomoanddieselluci

1. plomoanddieselluci Esta es la alegre historia de dos humanos que volvían de Jerez a Barcelona, un bonito día de primavera. Cuando el hambre apretó, pararon a comer en una gasolinera de Ciudad Real. Y allí estábamos nosotros, un rubio y un moreno, abandonados, delgaditos y llenos de bichos, por fuera y por dentro. Nos montaron en su coche y aquí llevamos 4 años, viviendo por la cara. ¿Nuestros nombres? Plomo y Diésel. A la tercera la adoptamos después, porque no hay dos sin tres. Y hasta aquí el microrrelato de cómo se unieron nuestros caminos. #cicero2020

2. chinchiviri_73 ¿Que pesa más, un kilo de plumas o un kilo de plomo?-Nos preguntó el maestro a última hora en clase de Ciencias Naturales. Mientras tanto mis pensamientos volaban como una pluma en el aire, sólo tenía ganas de irme, salir de allí y dejar de oír aquel plomazo. A todo esto, tengo que decir que lo mismo no pesan. #cicero2020

3. rosajornii #cicero2020 El plomo corría por las venas De Francisco, lo estaba envenenando. Se levantó y se puso a pintar la pesadilla que lo estuvo atormentando toda la noche.


4. algodehugo
Sus venas se fundieron. Perdió saturación. Sus ojos hacia dentro y palpitando, un charco gris. Otra vez enamorado soldadito de plomo. #cicero2020

5. printer.tester El Soldado sin Rostro se acercó, le disparé mi último proyectil de plomo, pero no fue su corazón el que dejó de latir, si no el mío. #cicero2020

6. marianela.medina93 A mí no me duele tener la heladera vacía, a mí me hace mal que se acumulen boletas en el piso que parece de plomo. Qué miedo que le tengo a la frase último aviso. #cicero2020

7. labogao1993 Los de tanatoestética le sacaron 7 kilos de plomo del torso, pero no pudieron sacarle la mueca de orgullosa resignación del rostro antes de presentarlo a sus enemigos. #cicero2020

8. Julio Porcel Esa mañana desperté sobresaltada. Una angustia recorría mi cuerpo de punta a punta y no sabía el motivo. Me asomé por la ventana y el color del cielo tampoco ayudaba a mi desazón...era gris, como el plomo y una ligera lluvia golpeaba los cristales.

Te llamé y no respondiste…..una, dos y hasta tres veces…….ya no era angustia…..ahora era ansiedad. Un sudor frio me empapaba…..¡¡POR FAVOR RESPONDE!!......No había nadie.

Te busqué por todos lados y no apareciste…….¿porque me has abandonado?. Una pregunta sin respuesta, o ¿es acaso una respuesta que no quiero escuchar? Mi nueva compañera es igual que yo, no recibo nada de ella, ni una palabra, ni un gesto, ni una caricia….ni tan siquiera un desprecio…nada!!!.

No quiero estar con ella, la odio y voy a hacer lo posible por evitar su compañía.

Me llamo Soledad. #cicero2020

9. Sjaklien Euwals #cicero2020 Lood in de schoenen

De vijand heeft mijn drukkerswerkplaats bezet. De sporen zijn overduidelijk. Op het werkblad van de grote bok liggen verse keutels. De nog onbedrukte vellen papier zijn besmeurd met bruine urinevlekken. Aan de verpakte stapels op de plank hangen sliertjes papier als spottende feestversiering. In de bovenste letterkast van de bok ontdek ik sporen van knagen. De houten tussenschotjes zijn kapot gebeten. In de vakjes liggen de letters van lood verstopt onder zaagsel en reepjes papier. Het zweet breekt me uit. Dat moet het werk zijn van een rat, misschien wel van een hele familie. Zonder pardon hebben ze zich genesteld tussen alles wat me dierbaar is. Het voelt als knagen aan mijn ziel. Ik raak in paniek. Hoe kon dit gebeuren, heb ik mijn passie zo verwaarloosd? Mijn hond loopt zenuwachtig rond, ze ruikt een beest. Dan hoor ik geluid bij de degelpers. Ik draai me om. Bovenop de inktrol van de pers zit een rat met een gemene grijns op zijn kop. Het monster klemt een van mijn tekeningen tussen zijn poten, kijkt me boosaardig aan en begint het papier als een bezetene te verscheuren. Met lood in de schoenen doe ik een stap naar voren. Daar strijkt iets langs mijn wang. Mijn hart gaat tekeer en ik geef een schreeuw van angst.

Dan schrik ik wakker met mijn hond kwispelstaartend naast me. Was het een droom? Een schuldgevoel dat aan me knaagt? Eén ding is zeker: die rat moet de deur uit en mijn ontwerpen ga ik zo snel mogelijk in druk uitwerken voordat het te laat is.



Traducción Facebook

Plomo en los zapatos

El enemigo ha ocupado el lugar de trabajo de mi impresora. Las vías son obvias. Hay llaves frescas en la hoja de trabajo del gran buck. Las hojas de papel aún sin imprimir han sido destrozadas con manchas urinarias marrones. En los montones envasados en el estante hay hebras de papel como decoración de una fiesta de puntos. En el gabinete de la letra superior del pavo descubro rastros de rotura. Los tabique de madera han sido mordido en pedazos. En los compartimentos las letras de plomo están escondidas debajo del serrín y las tiras de papel. El sudor me está rompiendo. Ese debe ser el trabajo de una rata, tal vez de toda una familia. Sin indulto han ubicado entre todo lo que amo. Me siento como roer en mi alma. Estoy en pánico. Cómo puede pasar esto, descuidé tanto mi pasión? Mi perro caminando nervioso huele a un animal Entonces yo soy parte de la prensa degel. Me doy la vuelta. En la parte superior del rollo de tinta de la prensa hay una rata con una sonrisa media en su cabeza. El monstruo abraza uno de mis dibujos entre sus piernas, me mira mal y empieza a desgarrar el papel como una persona poseída. Con el plomo en mis zapatos doy un paso adelante. Hay algo que plancha en mi mejilla. Mi corazón está furioso y doy un grito de miedo.

Entonces me despierto meneando a mi perro meneando a mi lado. Fue un sueño? Una culpa que me mueve? Una cosa es cierta: esa rata tiene que salir de la puerta y voy a hacer mis diseños lo antes posible antes de que sea demasiado tarde.

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Os etiqueto en la correspondiente red social en la que habéis participado para que por privado me déis las direcciones postales. Los de mi pueblo que queden conmigo para venir a recogerlo por privado. Los tendré preparados en un par de días. En el link de la biografía de instagram están todos los relatos participantes

P.S. Está visto que en unas redes en los que los concursos abundan como forma publicitaria esto ya no tiene demasiado sentido. Jamás he hecho un concurso con fines propagandísticos. Solo son por diversión, vuestra y mía. Este "Quiero mi Cícero" creo que será el último en mucho tiempo, o de esta forma.
Cuando se me pase el desencanto ya se me ocurrirán nuevas vías, jejeje.







sábado, 29 de agosto de 2020

La negación

 

Escribí esto en Enero de 2018 para el periódico de mi pueblo cuando había.
Creo que lo que digo ahora se puede aplicar perfectamente al pensamiento acientífico que campa a sus anchas por lugares que cada vez frecuento menos —Facebook sobre todo—. La negación de toda evidencia y dar el mismo peso a las opiniones de una minoría conspiranoica que a un consenso amplio —no ha de ser homogénero— de científicos se ha repetido a lo largo de la historia de la conspiración. La defensa de la libertad personal, tan entendible en los U.S.A. por su particular historia individualista,  ha calado en algunos sectores de nuestra sociedad, pero claro, no llevan el libertarismo a sus últimas consecuencias, solo a lo que les interesa. Se puede perfectamente hablar de un postureo a la contra, ya sea por ideología, por buscar la diferencia o directamente por ser mongolo y/o imbécil. La argumentación que oigo repetidamente es que no se ponen de acuerdo en algo (algo como la mascarilla o la existencia de un virus). Uno rasca en tal desacuerdo y descubre que dos chalados han dicho que beber lejía es bueno y que llevar mascarilla es malo. Por contra, cientos de miles de médicos te dicen lo contrario, y sobre todo, gente bastante más lista y preparada lo recomienda (en esto y sin que sirva de precedente le doy un voto de confianza a Corea del Sur; a Japón y su cultura milenaria de taparse la boca si que se la doy siempre). En otras objeciones a la gestión por tal y cual administración no me meto. Están habiendo fallos terribles y está primándose el interés económico al personal —eso es una percepción mía, no una verdad incontestable—.Yo me quedo en lo somero, en lo claro, en donde está lo realmente opinable desde mi atalaya de desinformación. Llevar mascarilla es mejor que no llevarla. Reducir el riesgo no es eliminarlo, es reducirlo. Eso es perogrullo, pero está bien a veces perogrullear 28/08/2020

Ilustración japonesa 1808

NO.

En el devenir del mundo la palabra NO y sus incontables derivaciones lingüísticas y semánticas ha sido una constante. Hoy, con esos visos engañosos de fin de imperio, de fin de civilización, la negación coge fuerza y se hace leitmotiv de amplias corrientes de pensamiento. Ese no sistemático, como un reverso tenebroso de la duda metódica, se hace presente incluso en conocimientos que ya creíamos superados. Bueno, a lo mejor lo creíamos gente bastante ilusa, también puede ser eso.

Decía un señor muy listo —Carl Sagan— que el primer pecado de la Humanidad fue la fe, y la primera virtud, la duda. La duda ha sido el motor del desarrollo como especie desde el lejano Pleistoceno. Frente a otras armas o ventajas evolutivas de otros animales, los humanos tuvimos la inteligencia, y esa duda que se pergeñó ya en los sesos primordiales, ese querer ir más lejos y no conformarse con lo que se tenía, fue el mecanismo que nos ha llevado hasta aquí. Algunos dirán que para ese trigo no hacían falta alforjas… ¡Ojalá fuese tan sencillo!

En nuestra larga historia como especie hemos amontonado conocimientos de todo tipo, al principio empíricos y de observación, pero poco a poco íbamos infiriendo —que no adivinando— algunas causas naturales hasta que a partir del desarrollo de la escritura y las matemáticas pudimos llegar a soluciones para explicar la naturaleza bastante acertadas, aunque sabemos que hay cosas que tardaremos en llegar a comprender, si es que lo hacemos algún día. En esa evolución del conocimiento siempre han habido NOES. Y muchos de ellos han sido enormemente positivos, claro que sí. Algunos acertados, otros erróneos.

Fijémonos en la idea de nuestro planeta como una esfera. Durante miles y miles de años lo que se podía inferir de una observación básica, con los pies en el suelo, es que vivíamos en una planicie muy grande —con sus cerros y montañas por aquí y por allá—, bajo una cúpula con lucecitas que titilaban, y algunas esferas que se movían entre medias. Hasta que la investigación más detallada, más dubitativa, llevó a algunos sabios de la antigüedad clásica a cambiar este paradigma. Esos conocimientos cayeron en el olvido, no entrando esta concepción cosmológica otra vez hasta el nacimiento de la ciencia moderna y la era de los descubrimientos donde, por medidas más objetivas de viajes alrededor del planeta, se pudo determinar que la nuestro mundo era —es— redondo. Todas las experiencias serias hechas hasta día de hoy —donde hemos hasta empezado a andar de puntillas por el espacio— apuntan en este sentido. Vivimos en una bola —muy compleja, eso sí—. Mas siempre habrá gente que diga NO. Con el nuevo milenio, y enhebrado en eso que se llama teorías conspirativas, el auge del terraplanismo ha sido considerable, y se ha extendido como la pólvora por internet, teniendo en YouTube una plataforma perfecta para su propagación. Esta vez la duda lleva al no, pero con el matiz del negacionismo. El negacionismo se define como la negación de la realidad para evitar verdades incómodas, si bien en este caso la incomodidad de un planeta curvo enlaza con otro tipo de creencias, más pegadas a la búsqueda de supuestas trampas urdidas por ocultas fuerzas que a la práctica más elemental. La suma de engaños sería por tantas partes —científicos, gobiernos, empresas— que hace impracticable esta “teoría”, pero cada día se le suman más seguidores de la Tierra plana. Como diría el torero: ¡Hay gente pá tó!

Y lo mismo podríamos aplicar a los negacionistas del VIH, del Holocausto, de la evolución... El negacionismo del cambio climático está bastante generalizado, aun cuando a niveles bastante cotidianos notamos que algo anda raro en el tiempo meteorológico. Uno, que por estudiar lo que estudió, conoce más o menos los mecanismos de cambio y sus ritmos, lo mejor que hace es quedarse callado. Básicamente porque se da la circunstancia de que lo que se oye en una tertulia generalista tiene el valor de lo mediático —quasi palabra de Dios— … humm… “es lo ha salido en la tele”… “ejque lo he leído en el periódico” … “que nooo, que lo ha dicho la SER” —o la COPE, o la que quieran ustedes—. Y así, con todo.

La amalgama común de estos movimientos es no ya dudar de una versión oficial, que no es a priori algo negativo, sino anteponer las convicciones a las pruebas, constituyendo el paroxismo del pensamiento acientífico; y es que en un momento histórico como el actual, donde prima la opinión sobre la observación y los sentimientos sobre la razón, todo es válido.

Bueno, todo menos algunos tuits. ¿O no? 



 Hecho en Junio 2020



domingo, 24 de mayo de 2020

Espesito soviético

Esto iba para post de facebook, pero como no me apetece que la gente comente al buen tun tun —soy idiota la creer que aún levanto cierto interés— y no quería que se perdiese como tantas cosas en los últimos dos meses lo pongo como post de blog y a correr.

Estoy espesito y el calor no ayuda. Al menos produzco como un pequeño stajanovista autónomo trabajando incluso los domingos. Acabo de terminar por ahora. Se me está haciendo difícil volver doblar el espinazo tras este parón de dos meses, aunque ya esté en el ajo todo mayo más o menos.
No puedo leer demasiado y escribir me cuesta. Dejé de dibujar la semana pasada porque me estaba volviendo a exigir mucho a mí mismo. 
Está rondando en mi cabecita cada día más calva escribir algo sobre la URSS para la edición de junio de Línea de Sombra. Sobre una URSS que a lo mejor no existió nunca y que vive en mi imaginación. 
Si bien mis inclinaciones siempre han sido más anarcas, incluso ahora son incluso pragmáticas en algunos asuntos —idea de concentración anulando los extremos—, el comunismo de mi primera edad política, a esa a la que uno se abre a estas cosas —adolescencia y comienzos de la juventud— fue el de los 90, con una Cuba que se presentaba como modelo de ciertas cosas y con Rusia descalabrada en manos de mafiosos y de Yeltsin, e intentando reconstruirse tras eso que Fukuyama llamó el fin de la historia. Nunca me fue atractivo en ese contexto. Puntualmente puede que sí a posteriori y que a día de hoy se ven como cosas del Pleistoceno (anti Maastrich o bases no, más que de fondo que de forma de expresarlo). 
Ahora, que sé mucho más sobre este país de países, con sus luces y sus sombras, pero sobre todo en su gris, me apetece escribir de mi idea creada a partir de su demonización que oí durante mi infancia, la defenestración que sufrió tras la caída del muro y el conocimiento de la actual situación en Eurasia, bastante más interesante que la de Occidente o más en concreto a España (donde la única meta común civilizatoria se ha reducido a la pelea del dinero y su gestión, y a un pulso mediático y guerracivilista —conmigo o contra mí— aunque lo quieran disfrazar de debate ideológico).

Sí es muy espeso todo esto. Ya lo he dicho en la primera frase. Quien avisa no es traidor.